Se estima que el mercado de alimentos alternativos, a base de proteínas no tradicionales, superará los USD162.000 millones en el mediano plazo, lo que abre atractivas oportunidades para el desarrollo de nuevos productos a base de ingredientes cada vez más disruptivos, que van desde hongos, algas e insectos, hasta carne cultivada en laboratorio. La evolución de la moderna industria alimentaria está cada vez más marcada por el aporte de la ciencia, especialmente de la biotecnología. Ello se traduce en el desarrollo de productos que no solo optimizan el contenido nutricional, sino que además responden de manera más ágil y eficiente a las demandas de un consumidor más preocupado por su salud y calidad de vida. Este escenario ha impulsado la gradual masificación de una amplia gama de alimentos alternativos, elaborados a base de materias primas “no tradicionales”, cuyo posicionamiento se ve al mismo tiempo incentivado por nuevas tendencias de consumo saludable, ético y sostenible, entre las que destaca, especialmente, la mayor preferencia por proteínas no cárnicas. Esta tendencia ha adquirido cada vez más peso específico en el mercado, debido a múltiples variables van desde la prevención de enfermedades (como, por ejemplo, obesidad, diabetes y diversas patologías cardiovasculares, entre otras), hasta el rechazo que produce el enorme impacto ambiental negativo de la producción ganadera intensiva, tanto en términos de generación de huella de carbono, como de uso desmedido de recursos hídricos y aplicación de “sufrimiento animal”, entre otras diversas consideraciones que hoy guían la decisión final de los consumidores. Todos estos factores abren más y mejores oportunidades de negocio, para múltiples alimentos de nueva generación que pueden posicionarse como herederos del “imperio cárnico”, y que conforman un interesante abanico de opciones, que abarca desde las conocidas preparaciones sucedáneas a base de verduras (o plant based), hasta las carnes desarrolladas directamente en laboratorio (cell based), pasando también por las disruptivas proteínas a base de hongos, algas, insectos y procesos de fermentación, entre otros múltiples desarrollos recientes. Evolución SostenidaUna voz muy autorizada para analizar este contexto, pertenece a Graciela Urrutia, Gerenta del Programa Estratégico Nacional Alimentos Saludables de CORFO, Transforma Alimentos, quien comenta que, en los últimos años, se ha producido un importante aumento en la comercialización de alimentos e ingredientes proteicos alternativos (a la carne), “impulsado principalmente por generaciones más jóvenes que demandan productos de origen vegetal, debido a su preocupación por la salud, el bienestar animal y los impactos en el medio ambiente”. Un ejemplo concreto de este aumento en la oferta disponible de proteínas alternativas puede observarse en la reciente edición del Catálogo de Innovación Alimentaria de Chile 2024, presentado por Transforma Alimentos durante la reciente Expo Food & Service, y donde pueden encontrarse diversos emprendimientos que ya comercializan este tipo de productos a nivel nacional, y con interesantes expectativas para conquistar también los mercados de exportación. Dentro de este grupo, Urrutia destaca los snacks de proteínas vegetales (Nutripop o Refoods); los cereales de maíz y legumbres como Mizos; los alimentos plant based para personas mayores con alto nivel calórico y proteico, de fácil digestión y deglución, de P&M Foods; las proteínas vegetales texturizadas con salicornia, de la empresa Arca de Lucy; las proteínas basadas en hongos exóticos, de Frutos de Lonquén; o los ingredientes naturales para mejorar la percepción del sabor de productos plant based, desarrollados por Done Properly, entre otros. Un visión similarmente entusiasta y optimista manifiesta la emprendedora Patricia Aguirre, fundadora de la startup “Arca de Lucy”, quien enfatiza que la tecnología moderna “puede transformar ingredientes vegetales en productos que no solo replican el sabor y textura de la carne, sino que también apelan a un público amplio, más allá de los veganos y vegetarianos”. Aguirre también destaca que este enfoque innovador permitió que todos estos productos “sean más aceptados en los mercados globales, marcando una diferencia significativa en cómo se perciben las alternativas basadas en plantas”. En su opinión, este desarrollo tecnológico (que tuvo a The Not Company como uno de sus pioneros en Chile y el mundo), ha permitido identificar combinaciones de ingredientes vegetales que ofrecen propiedades sensoriales y nutricionales muy cercanas a los productos animales, “lo cual abre nuevas oportunidades en el mercado latinoamericano y genera una nueva categoría de productos plant-based, capaces de competir directamente con los alimentos cárnicos tradicionales”, asegura. En tal sentido, Silva está convencida de que “cada vez más personas están prefiriendo alternativas a la carne y a sus derivados ultra procesados” y cita como referencia la reciente actualización de las proyecciones de mercado elaboradas por la consultora internacional Boston Consulting Group (BCG), las cuales estiman que, en 2030, el 8% de la carne, mariscos, huevos y productos lácteos consumidos en todo el mundo, serán alternativos. Un punto de vista más acotado manifiesta José Duguet, CTO de Luyef Biotechnologies, quien cree que el desarrollo del segmento de alimentos alternativos a la carne, “ha sido importante, pero con matices”. En su opinión, el crecimiento exponencial en la oferta de productos plant-based “ha generado mayor conciencia y demanda en ciertos sectores del mercado, pero la capacidad de replicar con precisión la experiencia sensorial de la carne tradicional, sigue siendo una gran barrera, particularmente para los consumidores omnívoros”. Asimismo, Duguet también puntualiza que aún resta trabajo por hacer en materia de disponibilidad y accesibilidad de los productos alternativos, pues a pesar de los grandes avances alcanzados por empresas como Beyond Meat, Impossible Foods y NotCo, utilizando ingredientes como hemoglobina vegetal y grasas de origen vegetal que imitan mejor el sabor y textura de la carne, “todos los desarrollos realizados hasta la fecha tienen un impacto significativo en el valor final del producto, los cuales siguen siendo muy altos, por lo que es necesario disminuir aún más los costos”. El impulso del consumoEste fuerte desarrollo de las proteínas alternativas ha sido favorecido por diversos factores clave, que los expertos atribuyen, en general, a una mayor conciencia social sobre el impacto de nuestras elecciones alimentarias, tanto en la salud de las personas como del planeta. “Por un lado -explica Patricia Aguirre-, las personas se están informando mejor sobre las terribles condiciones de vida de los animales en la industria cárnica y láctea, lo que ha despertado un sentido de compasión y rechazo hacia ese sufrimiento innecesario; mientras que, a nivel ambiental, el daño provocado por la industria de la carne es cada vez más evidente, desde su altísima huella de carbono hasta el uso excesivo de recursos y la degradación del suelo. Esto ha llevado a muchos a buscar alternativas más sostenibles, como los productos plant-based. En paralelo, la salud también juega un rol fundamental, pues reducir el consumo de carne ha mostrado claros beneficios para la salud, como la disminución del riesgo de enfermedades cardiovasculares”. La fundadora de “Arca de Lucy” también considera que los avances tecnológicos han sido cruciales en este cambio, pues “gracias a innovaciones como la extrusión, técnicas de fermentación y el uso de inteligencia artificial, podemos crear productos que imitan de manera sorprendente el sabor y la textura de la carne, facilitando la transición hacia dietas más sostenibles”, detalla. Fenómeno que Aguirre también atribuye al mayo impacto de las redes sociales, pues estas permiten una mayor difusión de información sobre el impacto de nuestras elecciones alimentarias. “Según un estudio de Ipsos -comenta-, 46% de los chilenos ha intentado reducir su consumo de productos de origen animal, motivados principalmente por la salud (31%), el factor precio (14%) y el bienestar animal (13%). Por ende, este movimiento ya no es un nicho, sino una tendencia en crecimiento, con un impacto significativo en la forma en que nos alimentamos y cuidamos del planeta”. Por su parte, José Duguet recuerda que el desarrollo de nuevos productos en la industria de análogos a la carne tradicional también ha sido impulsado por la necesidad urgente de encontrar soluciones sostenibles frente a los problemas ambientales y de salud pública que genera la ganadería tradicional. “La industria ganadera consume 20 % del agua global, ocupa un cuarto de la superficie terrestre y aporta 18% de las emisiones de gases de efecto invernadero, además de potenciar la resistencia a los antibióticos. Por ende, este sector, tal como lo conocemos, es altamente ineficiente, insostenible y representa un riesgo a largo plazo para la salud humana y el medioambiente”. Sin embargo, el CTO de Luyef también hace hincapié en que, a pesar de la certeza de este impacto tan adverso, muchas personas aún seguirán orientando sus preferencias de consumo hacia las carnes, por el placer que brindan sus propiedades organolépticas. De hecho, Duguet enfatiza que diversas estimaciones de mercado predicen un aumento de hasta 70% en la demanda de estos productos en los próximos años. Sin embargo, más allá de ser una amenaza para el mercado alternativo, este crecimiento puede considerarse como una valiosa oportunidad para impulsar tecnologías emergentes, “como la carne cultivada y la fermentación de precisión, que representan una oportunidad comercial significativa en un mercado emergente, impulsando aún más la innovación”, puntualiza. EL IMPULSO EMPRENDEDORHoy, los principales protagonistas de este crecimiento son los emprendedores del sector foodtech y agtech, quienes desempeñan un rol clave en la transformación del mercado de proteínas alternativas y en el avance hacia una alimentación más sostenible. En tal sentido, Patricia Aguirre considera que, tanto a nivel interno como global, las startups “están liderando la innovación en productos alternativos que responden a las crecientes demandas por alimentos más saludables y sostenibles, impulsados por la tecnología”. “Desde El Arca de Lucy -añade- estamos contribuyendo al mercado plant-based y además impulsando nuevas fronteras en la integración de ingredientes sustentables como la salicornia, que optimiza el uso de recursos hídricos en su producción y promueve la regeneración de ecosistemas costeros. Este tipo de innovación, apoyado por iniciativas como Transforma Alimentos e Instituciones públicas, como CORFO, permite a los emprendedores chilenos conectar con el ecosistema de innovación y con mercados nacionales e internacionales identificados con la importancia de incluir en sus líneas de negocios, este tipo de alimentos alternativos”. A su vez, José Duguet enfatiza que los emprendedores Foodtech y Agtech de nuestro país están en el centro de este desarrollo, liderando la investigación y creación de nuevas tecnologías que buscan replicar o mejorar las propiedades sensoriales de la carne. “Luyef y otras startups del sector -indica- están centradas en desarrollar tecnología, y no solo productos finales. Los innovadores creamos tecnología que tiene potencial disruptivo, abordamos los complejos desafíos de la industria y ofrecemos soluciones de vanguardia para estos desafíos”. El experto destaca, asimismo, el aporte de valor de numerosas startups chilenas con enfoque innovador, capaces de replicar e incluso superar el aporte que en su momento significó el ingreso de Not Company al mercado. Al respecto, cita como ejemplo el papel de deep biotech startup que hoy cumple Luyef, trabajando directamente en la agricultura celular y fermentación de precisión, “áreas clave para el futuro de los alimentos alternativos”. Patricia Aguirre, en tanto, también valora el constante crecimiento del ecosistema emprendedor-innovador nacional, lo cual permitirá, muy pronto, el desarrollo de productos de última generación, como proteínas vegetales texturizadas, alimentos a base de hongos y algas, entre otros. “Este avance ha sido facilitado por el acceso a financiamiento de tecnologías avanzadas y una creciente demanda interna y externa de alimentos plant-based. Por ello, la unión del sector público, privado y académico será clave para generar, a nivel nacional, una estrategia que permita la diversificación de la matriz productiva agroalimentaria del país, y así seguir impulsando el desarrollo de productos con valor agregado, que respondan a los crecientes requerimientos diferenciados de los consumidores”, señala. Este empuje debiera traducirse en el corto a mediano plazo, en el desarrollo de alimentos alternativos con mayor similitud sensorial con la carne, ya que son los que ofrecen mayor potencial comercial. “La clave estará en capturar a quienes consumen carne regularmente, porque pueden generar un cambio significativo en términos de sostenibilidad”, precisa José Duguet, destacando que hoy Luyef trabaja en la superación de las barreras tecnológicas actuales, para la producción de carne cultivada y el desarrollo de líneas Novel-Vegan, “utilizando tecnología como la fermentación de precisión, para lograr un perfil sensorial más cercano a la carne real”. La fundadora del “Arca de Lucy”, en tanto, comenta que, en el corto a mediano plazo, el mercado de proteínas alternativas alcanzará los USD162.000 millones, y que ante dichas proyecciones los emprendedores seguirán desempeñando un papel clave para aprovechar los avances tecnológicos en áreas como extrusión húmeda, fermentación de precisión, cultivo celular, microbiología e innovación en ingredientes vegetales. “Los aportes de empresas y startups locales serán cruciales en esta evolución, permitiendo el desarrollo de productos cada vez más sofisticados, nutritivos y accesibles para el consumidor, de modo que a medida que crezca la demanda por alimentos sostenibles y saludables, los emprendedores seguiremos innovando para ofrecer productos alineados con las necesidades de salud, sostenibilidad y bienestar animal. En ese sentido, uno de nuestros aportes más innovadores es Plantix Protein, proteína vegetal texturizada hecha a base de arvejas y salicornia, que proporciona una excelente fuente de nutrientes y también es amigable con el medio ambiente, ya que la salicornia es una planta resistente al agua salada, lo que contribuye a (implementar) prácticas agrícolas más sostenibles”, enfatiza. AuthorFrancisco Javier González Salvo - Periodista, editor Food News.
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